Google

martes, 31 de julio de 2007

La relación Médico Paciente y la Enfermedad Crónica

La relación médico - paciente es la base del arte médico. A la vez interacción profesional y extraprofesional, sus contenidos y características determinan en alto grado el logro del fundamental propósito del accionar médico: la satisfacción de las necesidades y expectativas del paciente, a través del mantenimiento o la recuperación de su bienestar y de su vida independiente.

Las enfermedades crónicas se vuelven más prevalentes a medida que se mejoran los tratamientos de las enfermedades agudas y que la población envejece, y esto está sucediendo en la mayoría de los países, especialmente los desarrollados. La Argentina ya presenta una población envejecida, con una alta proporción de individuos mayores de 65 años en la ciudad de Buenos Aires y en algunas provincias (Córdoba, Buenos Aires, y Santa Fé). Este fenómeno hace que el médico tenga crecientes posibilidades de encontrarse con pacientes con enfermedades crónicas en su práctica.

La enfermedad crónica es una situación que acompaña a ciertos individuos por mucho tiempo, en ocasiones por toda la vida, a la que cambia en forma permanente e irreversible. Esta circunstancia origina situaciones muy particulares sobre el propio individuo enfermo y sobre la relación con su médico. Este, a su vez, establece con aquel un especial vínculo que es diferente al que ocurre con otros pacientes: es su aliado permanente.

La circunstancia de la conexión duradera y la presencia constante del problema común a solucionar establecen una oportunidad especial para que la relación médico - paciente alcance una profundidad y un sentido únicos.

De todas formas, la enfermedad crónica plantea al paciente y al médico problemas de difícil manejo y aspectos particulares propios de la interacción entre ambos.

Además, el vertiginoso cambio en la forma en que los seres humanos establecen relaciones entre sí, fundamentalmente a partir de las nuevas estructuras institucionales y los novedosos avances en comunicaciones, plantea nuevos dilemas y cuestionamientos éticos. En especial, el progresivo acortamiento del tiempo otorgado a la consulta médica, originado en la mercantilización de la medicina, junto con la despersonalización de la atención que las nuevas épocas han impuesto, en desmedro de su calidad, atentan contra el establecimiento de una relación exitosa entre médico y paciente.

En el caso de los pacientes con trastornos crónicos, esta pauperización de la sustancia humana en su acercamiento al cuerpo médico es de enorme gravitación.

Se plantea entonces como un nuevo objetivo el adecuar la relación entre médico y paciente a las nuevas épocas, sin que esto determine una pérdida en la calidad técnica o en el contenido profundamente humanitario que tal experiencia conlleva.

No hay comentarios: